domingo, 6 de abril de 2014

¿VOLVER?

Aunque fue solo por unos días, porque aquí sigo, en NZ...!.

Pero si, el último día de trabajo en el centro de ski recibí una fea noticia, algo que podía pasar y que me estaba tocando muy de cerca, pues durante el año y algunos meses que pasé en NZ conocí a varia gente a la que se le moría su mascota mientras ellos estaban aquí. Eso a mi no me podía a pasar... Pero estuvo cerca.


Así que rápidamente luego de consultar la situación con la almohada, me saqué un pasaje ida y vuelta a la Argentina. No hay que pensarlo demasiado... una vez escuché que si no podes decidir algo en un día, no podes decidir.

Y ahí me encontraba, tomando el nuevo Metrobus...
Comiendo picadas...

Asando patas de cordero...


Y tratando de ver como podía salir de la burbuja en la que estaba, ya que durante la primera semana no quise ver absolutamente a nadie, ni familia ni amigos. No se por que. Posiblemente porque no tenía ganas que me pregunten del viaje, pues el viaje para mi todavía no había terminado. Ese regreso inesperado representaba como cierta vergüenza, como que volví cuando todavía no tenía que volver.

Luego de a poquito me hice ver, y al fin y al cabo no estaba tan mal. Los amigos se dan cuenta cuando no tenes muchas ganas hablar y te aceptan como sos.
El tiempo se me fue de las manos, Buenos Aires se me fue de las manos, tuve que empezar a usar agenda nuevamente para organizar los trámites que tenía que hacer, y cuando quise darme cuenta ya me estaba yendo nuevamente, dejando atrás cosas que quería hacer y gente que quería ver.


Esta vez todo parecía mas fácil. Empaqué todo en una mochilita de escuela y un morral, un avión hasta Chile, otro hasta Nueva Zelanda, otro a Singapur, y finalmente Indonesia.
Hay dos tipos de viajeros, aquellos cuyo equipaje se incrementa a medida que viajan, y aquellos cuyo equipaje disminuye.


"Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno.

Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor.

Y aunque no quise el regreso
siempre se vuelve
al primer amor.

La vieja calle
donde me cobijo
tuya es su vida
tuyo es su querer.

Bajo el burlón
mirar de las estrellas
que con indiferencia
hoy me ven volver.

Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.

Sentir
que es un soplo la vida
que veinte años no es nada
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.

Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.

Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.

Tengo miedo de las noches
que pobladas de recuerdos
encadenen mi soñar.

Pero el viajero que huye
tarde o temprano
detiene su andar.

Y aunque el olvido
que todo destruye
haya matado mi vieja ilusión,

guardo escondida
una esperanza humilde
que es toda la fortuna
de mi corazón."

1 comentario:

  1. Aún no encontré una explicación que me satisfaga, pero es cierto: volver siempre es vergonzoso, uno siempre vuelve con la frente marchita. ¡Qué mierda! ¿Por qué?

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