martes, 11 de marzo de 2014

El centro de Ski

Hola!

Luego de varios meses me decido a escribir nuevamente, dado que vuelvo a contar con un espacio tranquilo, una computadora, Internet, droga, vino, etc.

Hace mucho tiempo escribí acerca de lo que se trataba la Work & Holiday visa, también comenté que había algunas excepciones respecto a los tipos de empleo que se consiguen.

Finalmente, gracias a esas casualidades casi casuales, pude estar dentro de las excepciones y vivir una de las mejores experiencias laborales dentro de lo que fue la Work & Holiday en NZ, así como también de toda mi carrera laboral hasta el día de hoy.

Ya sabía que iba a trabajar en una montaña, en el sector de transporte, pero la verdad es que durante los primeros días no tenía ni la menor idea de lo que iba a hacer.
Mi primer día en una montaña. Me resbalé mil veces y me cagué de frío.

Y fue durante la primera semana que comencé a darme una idea de lo que iba a hacer: manejar vehículos 4x4, colocar cadenas para la nieve, organizar el estacionamiento de los autos, indicar al helicóptero de rescate donde aterrizar, ayudar a los autos que se quedan atascados.

Aprendiendo a manejar en la nieve.

Tormenta.

 












Un helicóptero!.
Asando una pata de cordero en el puestito de la ruta.


También me acostumbré a ver todos los días uno de los mejores paisajes que se pueden ver en la vida.

Mas o menos así transcurrían los días. A veces felicidad, otras depresión. Suele ser un poco duro el trabajo de invierno, sobre todo durante los días de tormenta en donde la montaña permanece cerrada y en el pueblo no hay mucho para hacer. No es extraño que gran parte del staff descargue su ansiedad en el alcohol, digamos que es parte de la cultura de un centro de ski. Y los directivos del centro lo saben, por eso toman ciertas medidas para que sus empleados moderen el consumo de alcohol.


Si bien la gente que iba conociendo parecía amigable y buena onda, el hecho de no practicar ningún deporte de nieve coloca una distancia en la relación con los demás. No esquiás, no haces snowboard, no tenes nada en común con el resto de las personas que allí trabajan.
Y si no fuera por una Uruguaya y una Francesa que trabajaban conmigo, no había nadie en el pueblo para poder hablar en español.

El idioma fue una gran barrera. Fue la primera vez que estuve inmerso varios meses en un sitio donde durante todo el día y noche tenía que hablar y escuchar Inglés. Puede parecer una experiencia buenísima para aquel que busca dominar el idioma, pero la realidad es que se hace difícil -además de que ya no busco dominarlo-. Para aquellos que hablamos una lengua latina, rica y descriptiva como el Español, es muy difícil adaptarnos a una lengua germánica, tosca, sintética y chata como el Inglés.
Si bien pude desenvolverme laboralmente sin ningún problema, socialmente no fue lo mismo. Las charlas son de corta duración, los temas de conversación son muy básicos, y ni hablar de tratar de seguir el hilo cuando todos en el bar son nativos de habla inglesa.


Por suerte todo cambió para bien el día que finalmente pude aprender a esquiar.

A partir de ese día solo tuve un objetivo: esquiar lo máximo posible. Esquiar durante los recreos, esquiar en el almuerzo, esquiar en los días libres, esquiar después de hora, esquiar en mis sueños.
A pesar de algunos golpes e incidentes, no paré hasta llegar a la cima.
La cima

Esquiando con los jefes


Ahora las cosas tenían un poco mas de sentido. Comprendí a la gente que trabaja en un centro de ski, comprendí por que lo hacen, comprendí por que todos los días a la mañana cientos de autos se desesperan por subir lo mas rápido posible a través de un camino peligroso para llegar primeros a la montaña.
Y así pasas a formar parte de ellos, de a poco te aceptan. Ahora vos también te rompes los ligamentos y caminas rengo durante una semana, vos también te desesperas por subir a la montaña primero que nadie, vos también vas al bar a tomar cerveza como animal y contar tus historias. La plata ya no te importa, trabajas menos horas, todo da igual. Solo importa tener tiempo libre para poder ir a esquiar.

Volviendo un poco al asunto laboral, tengo que destacar el trabajo de mi jefa Juju, que se encargó de que todos recibamos capacitación, conozcamos de memoria uno de los caminos de ripio mas peligrosos de NZ (el día de hoy recibí la noticia que se mató otra persona mas y ya suman 3 los accidentes fatales) y podamos tener cierto progreso en nuestras tareas y salarios durante tan solo cuatro meses de trabajo.

Terminé como chofer de minibus.

La verdad que solo me gusta escribir una nota cuando se termina una etapa, pero la incertidumbre hace que al día de hoy la etapa todavía no este cerrada. Durante los 4 meses de trabajo tuve la promesa de que me ayudarían a obtener una visa de trabajo para la próxima temporada. Al llegar el momento de la verdad, me dijeron que no podían ayudarme con eso, que debía conseguirme la visa por mis propios medios (cosa que no es posible). Hasta ese momento daba por terminada la etapa. Pero hace unos días me surgió una minúscula oportunidad de poder volver a trabajar en el centro de ski, pero debo esperar hasta Mayo para saber la respuesta...

Mientras tanto, a tratar de safarla, a seguir viviendo, y a ver si me pongo las pilas y escribo un poco mas seguido.