Y asi es como uno llega a la ciudad, en bolas... Y asi estaba Auckland cuando llegué, lluviosa, calles mojadas, nublado, horrible... como marcando cierta continuidad con mi despedida de Buenos Aires:
El primer instante es horrible. Querés tomarte el bondi de regreso al aeropuerto y volver. Y salis, y caminas, y paseas, pero es al pedo, porque tu cabeza esta en otro lado.
¿Pero saben lo que es la fe?. Yo no lo sabía, no me trago todo ese verso de la religión. Es confiar en que algo va a salir bien porque un boludo al que ni le crees te lo está diciendo, y resulta que ese boludo encima tiene razón!.
Y así es como uno sale por ahí, recorre, conoce gente, la gente te conoce a vos, y el día a día se va dando sin darte cuenta, sin buscarlo y sin pedirle nada a cambio.
Y ahora podes andar solo, acompañado, da igual, porque ya conoces gente y ya te conocen. Y te movés tranquilo, te perdés en la ciudad de los parques, escaleritas y pasadillos secretos que tanto me fascinan de esta ciudad; y te convertís nuevamente en el boludo que eras antes.
¿Pequeño detalle?. La biblioteca pública... increíble. Gran punto de encuentro para los latinos, WiFi gratis, y un excelente clima:
Que boludos estos Kiwis, tantos libros, revistas, y cosas y computadoras y nadie se afana nada, que forros que soooon loco. Aguante Argentina, la delincuencia y el saqueo.
Hasta la próxima...
